24 January, 2013

Confesiones de un tipo bastante pelotudo

A lo largo de los años, nuestras experiencias nos van llevando inexorablemente por uno de los dos grandes caminos de la vida: el luminoso sendero a la sabiduría, o el pedregoso abismo de la pelotudez. En mi caso particular, mi entusiasmo y mi esfuerzo titánico por superarme día a día me han consagrado enteramente a este último, convirtiéndomé en un pelotudo de proporciones épicas. Con muchas, muchísimas formas de demostrarlo.

Tengo un grave problema de memoria que me impide distinguir a personajes que ni siquiera son similares entre sí, y mi vida transcurre en una interminable sucesión de referencias fallidas. Por ejemplo, siempre me confundo a Meg Ryan con Melanie Griffith, y empiezo: es la mujer del actor este morocho, no me acuerdo si es Antonio Banderas o Andy García; el que hizo la película esa del pistolero, que trabaja con la morocha, que no me acuerdo si es Penélope Cruz o Salma Hayek; ésa, la que se casó con Tom Cruise y laburaron juntos en la pelAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH. A esa altura, mi interlocutor ya se tomó la Cacciola y llegó en 45 minutos a la concha de su madre.

Colecciono autitos que mi hijo no quiere más. Y lo hago porque me dan pena. Ponele, se le rompió una ruedita y él no juega más, a mí me da pena y me lo guardo. Tengo 3 mierdas de latita sobre mi escritorio porque soy incapaz de tirarlos. Así de pelotudo soy.

No me puedo resistir a contestar preguntas que no me hicieron. Si voy por la vía pública y escucho que alguien pregunta por una calle y el otro no sabe la respuesta, me salgo de la vaina por decírsela. Aunque no la sepa. Incluso aunque el otro sí supiera la respuesta, quiero ofrecerle opciones para llegar más rápido, no sé, cosas así.

En un montón de aspectos, soy un tipo al que habría que aplicarle un rifle sanitario y cobrarle la bala a la familia. Pero no, me dejan ser y acá estoy, compartiendo con el mundo mis capacidades sociales diferentes.

Pero bueno... peor es Arjona.

Por suerte hay gente que piensa en el desmemoriado.

18 January, 2013

Se me prendió el piloto... otra vez

Sí, qué tal. ¿Vieron que les conté que se venía la piba mía? Bueno, se vino nomás: con ustedes, Juana, 3,900 kilos de pura pasión ramonera, la demostración de que podemos hacer las cosas sistemáticamente como el orto, pero cada tanto metemos una buena. En mi caso, dos.

Juana, pilotada; pilotada, Juana.

Salute y gracias por la magia, como siempre.



10 January, 2013

Propuesta de ley (III)

Como ya hemos mencionado aquí y aquí, el código penal existente deja afuera tantos temas trascendentales, que nos obliga a todos los ciudadanos a aportar nuestro grano de arena, proponiendo nuevas leyes de imprescindible creación e implementación. Éstas son algunas de las propuestas elevadas por la redacción de SMAEP:

- Ley de Obsoletización y Actualización de respuestas cliché: la utilización de frases tales como "Graciela" para agradecer o respuestas tales como "viento, ¿y bosque?" o "acá andamio" en el período comprendido entre el 1/1/1993 y el día de la fecha, será penalizada con un golpe de puño en la encía del pronunciante. A su vez, se establece la obligatoriedad de la creación de frases que reemplacen a las antedichas, aunque el uso de estas nuevas sólo estará permitido por el término de 2 (dos) años, momento en el cual se deberán reemplazar nuevamente.

- Control Parental de Artefactos Electrónicos: la utilización de artefactos electrónicos de cualquier índole será exclusiva responsabilidad de personas jóvenes con conocimientos preexistentes en la materia. El uso por parte de padres de edad comprendida entre los 45 y los 190 años quedará bajo su exclusiva responsabilidad, impidiéndosé la posibilidad de consulta al personal joven anteriormente mencionado.

- Abolición del "Pedido de confirmación de lectura de e-mails": ¿qué carajo te importa si lo leí o no? Si lo leí y te tengo que responder, ya te enterarás. Y si no, hacé una cosa: comprate un desierto y barrelo, la puta que te parió, dictador de mierda.

El texto de esta última ley aún no ha sido confirmado, pero se entiende el concepto.

Como siempre, son bienvenidas las propuestas, mejoras, contrapropuestas, lo que vo querá.

SMAEP y vos, por un país más justo.

Si sabe usarlo, úseló. Si no, arréglesé solito.

07 January, 2013

El pelotudo y las vacaciones (II)

El año pasado comenzamos una saga de posts informativos que, por razones que ahora no recuerdo, quedó truncada en una única entrega. Así es que hoy, como si no hubiera pasado un año en el medio, continuaremos informando al público sobre esta abominable realidad que a todos nos toca vivir: el pelotudo que se va de vacaciones.

El pelotudo calcula todo todo menos lo importante: qué va a hacer durante el día. Prepara el auto, la heladerita, el bronceador, las revistas de crucigramas, todo; siente que tiene todo arreglado. Entonces llega a la costa, va con la familia a la playa... y no sabe qué hacer. Son las 10, y playa. Las 12, playa. La una, almuerzo de sánguches con arena... y playa. Para las 5 de la tarde está bordó como el huevo de un corredor del Dakar y extrañando como loco la oficina con aire acondicionado, y todavía quedan como 5 horas de martirio. A la nochecita supermercado con 754 personas delante, después hora y media de cola en el restaurant de mariscos, un poco de paseo por una peatonal más cargada que el San Martín de las 8:15 y después sí, a descansar para estar fresquito al otro día, que hay... playa.

El pelotudo turista, sobre todo el internacional que viene a estas pampas, siente la necesidad irrefrenable de adornar su cabeza con algún accesorio que en su ciudad natal no usaría ni a escopetazos. Abunda el sombrero Panamá blanco entre los hombres y la capelina entre las señoras de mediana edad; en el pelotudo joven es furor el gorrito piluso, signo inequívoco de la entrenada pelotudez de su portador.

El mayor flagelo del pelotudo estival: las fotos. El pelotudo, aprovechando la tecnología, aprovecha para sacarle fotos a cualquier estupidez, generando miles y miles de gigabites de información más inútil que el fonoaudiólogo de Madcelo Bodelli. Por supuesto, cada una de ellas irá a parar al Facebook del pelotudo en cuestión, quien probablemente le ponga "Me gusta" a sus propios álbumes, característica primaria del pelotudo informático.

Y lo peor: el pelotudo vuelve de sus vacaciones, y supone que el mundo entero quiere saber cómo le fue. Pero ese es otro asunto, al que podríamos llamar "El pelotudo en la oficina".

Por supuesto, todo esto lo digo de envidia porque estoy laburando como un oso de circo en lugar de estar remojando las patas en Córdoba. Pero bueno, peor es Arjona.

¡Oh, un pelotudo!