Sabiendo que el redactor original de este humilde espacio no iba a poder ofrecer sus servicios como es debido, el lector silencioso, amigo de la casa y ex commenteador asiduo Flavio nos dejó un post en semeapagoelpiloto@yahoo.com.
Hecha la aclaración legal que informa que el propietario de este blog no se responsabiliza por ni concuerda en todo con las palabras del cronista, aquí va:
En la contemporánea época en que vivimos, en la que parece que ya no hay trabas para hacer o decir impunemente lo que a uno se le cante (como hacer periodismo deportivo, o algo así, en el caso de Toti Pasman; cantar, o algo así, en el caso de Valeria Lynch; informar el pronóstico del tiempo, o algo así, en el caso del gordo vende-burbujas-de-jabón Saldívar; o simplemente haberle dado un cabezazo al óvulo, en el caso de Majul), parece que hemos perdido parcialmente, y vamos en camino a hacerlo totalmente, nuestro juicio para retener comportamientos que caen en la categoría de innecesarios.
A ver... no hablo de boludeces o simples errores de criterio, como dejar escapar un trueno entre amigos, o empericarse (¡ah, cómo extrañaba esa gloriosa palabra!) a la ex de tu primo, el dientón con pelo engominado y anteojos culo de botella. No. Hablo de mandarse una que despertará en todos los presentes, o los que luego se enteren, unas ganas irrefrenables de decirte abriendo los brazos: "¿Era necesario?".
Pues bien, a juicio de quien escribe, estas situaciones ameritan la antedicha frase. ¿Cinco les va? Denle, vagonetas, así después ustedes ponen las suyas:
-Usar traje y corbata con zapatillas: Dale flaco, ya que te estás cagando de calor y de la incomodidad ni hablemos, por lo menos ponete un par de zapatos más o menos potables y no seas un BMW con ruedas de bicicleta.
-Poner voz de payaso que se agarró las bolas al cerrar un cajón, al alzar a tu mascota: Vamos, el pobre animalito y los que estamos cerca no tenemos por qué hipotecar nuestros tímpanos y nuestra paciencia, por un acto que más que ternura, despierta una ira homicida hacia vos.
-Engullirse un sánguche de miga con jamón y lechuga: Bueno, eso.
-Hacerse el mártir alegando no mirar televisión: La televisión es un invento fabuloso, cuyo uso indebido te puede convertir en un gaznápiro si mirás a Tinelli, por ejemplo, pero no te hace menos respetable por ver el partido de Boca o "Two and a half men". Haciéndote el superior, no sólo llevás a cabo una acción innecesaria, sino que también despertás la sospecha de que sos un tremendo pelotudo.
-Publicar fotos propias o ajenas desagradables. Si después cualquiera te pone un comentario del tipo "¡Qué innecesaria esta foto!", ni se te ocurra contestarle algo como "Si no te gusta no la veas, gil". Está claro, picado fino: una persona no puede decidir no ver algo que no sabe que va a ver; se la encontró. Además, seamos francos: está en todo su derecho de criticar la foto, y a vos por subirla. ¿Qué te pensás, que todos los comentarios tienen que ser de felicitación por tu foto carente de buen gusto? Cuchame una cosa...
En fín, consideren totalmente necesario comentar lo que crean innecesario.
Con la mano en el corazón: ¿era realmente necesario?