Hace 4 años, en este mismo lugar compartíamos con el público este gran descubrimiento científico. Desde aquél día, muchos hombres y mujeres encontraron la manera de ampliar su repertorio garchil y, al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida. Fuimos pioneros, sí, pero no fuimos los únicos. Hoy tenemos esta noticia:
Señoras, señores, se acabaron los argumentos de esa inexplicable corriente de pensamiento que se niega a darle un final feliz al acto felatorio: desde hoy, sabemos que decirle NO a la gárgara del amor es decirle NO a la vida. Y nadie quiere eso, ¿verdad?
Pero esto no es todo: faltaría algún que otro chequeo (la no-muerte y posterior sí-muerte de Badía demuestran que no es del todo necesario), pero casi que podemos afirmar los siguientes descubrimientos científicos:
- El sexo grupal mujer-hombre-mujer aumenta hasta un 16% las chances de ganar el Quini 6 en el hombre, y un 79% en las mujeres.
- La autosucción mamaria reduce hasta un 96% el cáncer de páncreas. El cáncer de mamas es inexistente en estos casos.
- Arrojar elementos contundentes sobre la humanidad de seres como Mouche, Majul o Guido Kakzca convierten automáticamente al lanzador en multiorgásmico, sin importar su género, condición sexual o categoría del Monotributo.
Conclusión: entre los beneficios sanitarios y el incuestionable hecho de que este año se acaba el mundo, no quedan demasiadas razones para no garchar como conejos.
Ojo, para mí, eh.