Pero bueno, no todos podemos hacer lo que siempre soñamos de pendejos. En mi caso tenía dos fantasías; para una me falta habilidad futbolística, para la otra 11 centímetros de garcha.
Igual ojo, hay laburos que nadie soñó en su infancia pero igual están bien. Ponele, ningún chico sueña con ser jefe de gabinete o camarógrafo de Playboy TV, pero no escuché a ninguno que se queje de laburar de eso. O lo contrario: soñás con ser cantante, escribís tus propias canciones, estás despegando... y de repente aparece un cantante famoso internacionalmente que es idéntico a vos; cagaste, cambiás tu sueño y te convertís en imitador de Sabina.
De un lado del mundo están los que hacen lo que soñaron; del otro, los que limpian baños, los que le cambian los pañales cagados a la hermana de Mirtha Legrand, los que encuadernan el libro de Toti Pasman, etc.
¿Se anima usted a preguntarse de qué lado está?
Cuando el sueño es grande, no hay nada que lo detenga.