Perfiles: mundo alfajor

Ya demostramos que se puede describir el perfil psicosociomájuloemocional de una persona con sólo saber qué postre elige habitualmente.

Hoy haremos el mismo ejercicio, pero utilizando otra información completa y fidedigna: el alfajor preferido.
A saber:

Jorgito: el Jorgitero siempre se mantuvo en un punto medio, en ese difícil equilibrio entre el desinterés y la ostentación, entre ir a laburar en ojotas y salir a comprar al chino tuneado como para ir a Esperanto, entre fumar Viceroy y fumar Benson & Hedges. Cuando pide empanadas dice "2 de jamón y queso y 2 de la que vos quieras". Un tipo difícil, que te da esa libertad que no ayuda. Se siente más que un Guaymallén pero menos que un Cachafaz. Es la culona sin tetas, el gordito simpaticón, el carilindo pelotudo o la nerd fiera.

Guaymallén: es alguien que no se cuestiona demasiado por qué hace las cosas que hace, pero sabe que algo hace ruido. Va siempre al mismo lugar en vacaciones, habitualmente a la playa, y se siente emocionado cuando pasa el grupo de boludos aplaudidores con un pibito perdido en hombros. Es rutinario, pero no por convencimiento sino porque no encontró nada que lo convenza de cambiar. Pero atenti, un día va a descubrir que en la vida hay mucho más que alfajores Guaymallén, y ese día agarrate porque a la semana está hecho un Pachano enloquecido.

Cachafaz: es un gourmet, sabe lo que es bueno y no tiembla a la hora de gastarse 6 mangos en un alfajorcito, porque siente que lo vale. Cree fielmente en el mito urbano de que los dueños de Havanna se pelearon y uno de ellos fundó Cachafaz, y se siente un descubridor. Al mismo tiempo se siente desencantado con el éxito de la marca, como un fan de Los Piojos que los veía en Arpegios en el '89 y odia que se hayan hecho famosos. Pero sabe que no hay mejor cosa en la vida que un Cachafaz de chocolate blanco y dulce de leche.

Cachafaz de mousse: tiene alma retro y se emocionó hasta las lágrimas cuando salió éste, que tiene el pack idéntido al Suchard. Es TAN amante del pasado que no acepta el innegable hecho de que por fuera es igual, pero en sabor se parece tanto como Chiche Duhalde a Ricky Martin.

Fantoche: ambicioso, no se anda con chiquitas. Es el primero en probar el Stacker de 7 pisos en Burger King y prefiere enfiestarse con 3 bichos canasto antes que remarla con una rubia más o menos. Siempre prioriza cantidad por sobre calidad. Ama esta campaña publicitaria.

Negro o Blanco de Bagley: se cree moderno, pero en el fondo fantasea con tener cabezas de alce en la pared o una pecera en el living. No lo sabe, pero tiene poderes para hacer cosas imposibles como doblar la sábana de abajo o deletrear correctamente QUETZACOÁTL sin respirar. A la primera escena de Sexto sentido ya sabía que el ñato estaba muerto, pero no por pensarlo; lo sabía y punto, y ni siquiera le molestó, la miró igual. Y todo eso porque hace las cosas sin pensar demasiado: para él, la vida es blanca o negra, el resto es cosa de putos y/o hinchas de Racing.

Después están esos fascinerosos que comen porquerías como el alfajor Tofi o, Dios los perdone, alfajores de fruta; o aquellos que, por bondades geográficas, conocen el famoso Capitán del Espacio. Ninguno de ellos resiste el menor análisis, sería como hablar de un fanático de Fernando Niembro: absurdo.

Bueno, también hay gente que come pasas de uva, así que tan mal no estamos.

Cachafaz blanco or die.