Fraseo

A todos nos gusta usar frases. Cómo nos gusta, será de Dió. Hace poco, Omar posteó un listado de esos famosos “más X que Y”, y descubrimos que hay una cantidad infinita de ellos, lo que a su vez nos ofrece una cantidad infinita de quedar como esos regios pelotudos que en realidad somos.

Cada vez que un incauto pregunta un inocente “¿cómo andás?”, abre una canilla de posibilidades, una posible catástrofe frasil que puede terminar en un “mal pero acostumbrado”, un “¿tenés tiempo?” o incluso un abominable “viento, ¿y bosque?”.

Pero como la naturaleza es sabia, Fito Páez es espástico y Zulma Lobato es bizca, el otro platito de la balanza no está vacío. El equilibrio cósmico queda en manos de esos ñatos que nos alegran la vida con frases que nos dan ganas de tatuárnoslas en el omóplato. Bueno, quizá no es para tanto, pero sirve para enfatizar.

Y, sin más preámbulos, paso a enumerar algunas de las mejores que escuché o leí últimamente:

-         “Sos tan pero tan puto que acabás para adentro”. © Peppers

-         “¿Sabés qué? Comprate un desierto y barrelo”.

-         “¿Sos boludo o tus viejos son hermanos?”

-         “¿Quién te enseñó a manejar, la Hiena Barrios?”

-         “Te vuá hacé sangrá por todo los poro”.

-         (En cordobés, ya citada previamente) “Te viá pegá un trompaaaaadón que te vai a aburrir de tanto ir paaaaatrás”.

-         “Te voy a pegar un tiro en la rodilla, y cada vez que renguees te vas a acordar de mí, pelotudo”. (El “pelotudo” es una licencia poética de quien escribe).

Si el mundo sigue su curso en equilibrio, es porque por cada imbécil que dice “viento en popa” hay un grosso que dice “hagamos un trato: vos me dejás de romper los huevos y yo no te recago a tiros acá mismo, ¿dale?”.

Y lo peor es que el mundo no lo sabe. Si seremos boludos, carajo.

Más boludo que Lopilato con sueño.