Al horno

Todos andamos tan tranquilos por la vida, como si todo estuviera bien, como si hubieran descubierto la cura contra el cáncer y la máquina de clonar Brads Pittses y Jéniffer Ánistones, sin darnos cuenta que estamos todo el tiempo viviendo un riesgo enorme: cualquier día de estos podría venir una raza alienígena superior y abducir a un ser humano para estudiarnos a todos. Eso no tendría nada de malo, hasta que pensamos a qué humano podrían abducir.

- Podrían llevarse a Oggi Junco y concluir en que somos una raza con seres de género indefinido, que nos alimentamos de garchas y que, genéticamente, tenemos el mismo valor que un potus sin regar.

- Podrían chupar a Valeria Lynch y, al primer grito, interpretarían que la raza humana es una amenaza contra la integridad auditiva universal y ahí mismo nos cagarían matando.

- Podrían abducir a Baby Etchecopar y suponer que los humanos somos incapaces de reproducirnos por nuestra propia cuenta, que tenemos dos manos derechas y que nuestro sistema nervioso central se encuentra en las ojeras.

- Podrían experimentar con Falcioni y creer que los humanos y los rottwailers pertenecemos a la misma raza.

- Podrían sacar a Megan Fox y a Robert Downey Jr., suponer que todos los humanos somos iguales a ellos, y eliminarnos a todos los demás creyendo que somos alguna raza inferior como hobbits, gárgolas o Nélsones Castros.

Y ustedes ahí, tan tranquilos pensando en sus vacaciones. Qué falta de compromiso con la humanidá, che.

Podrían pensar que somos todos así. Terrible.