18 October, 2010

Taxi driver

Como tantas otras en la vida, subirse a un taxi es una de esas cosas bastante raras que uno hace sin pensar demasiado. Porque, convengamos, hay cosas raras en los taxis.

Para empezar, uno va a estar arriba del auto de un cristiano al que no conoce, y tiene que confiar en que este cristiano vaya a donde uno le diga y no decida otra cosa como... qué se yo, irse hasta un descampado re lindo y lleno de pedacitos de botellas y ahí pedirle a uno que se desprenda de todos esos estúpidos elementos materiales, que tanto daño espiritual nos hacen. Raro.

Pero ponele que no, que no te lleva a ningún lado más que el correcto; te subís y un tipo que no querés que te hable porque a) estás apurado o b) estás pensando en otra cosa o c) sos Bernardo el de El Zorro o d) lo que mierda sea. Decía, te agarra un tipo y te sale con frases diálogos reales como éste:

Tachero: Qué tal, cómo te va.
Pasajero que no quiere que le hablen: Bien. Vamos hasta...
Tachero que quiere hablar, interrumpiendo: No, no digas "bien". En este país no hay que decir que uno está bien, si en este país estamos todos mal, ¿o no? Vos preguntás cómo estás y todos te dicen "y, acá andamos, luchando"... en este país nadie está bien. ¿Dónde te llevo?

Y ahí, cuando uno ya está pensando en ahorcarlo con el anillado del cuaderno que tiene en el bolso, llega lo peor, lo más inquietante: buscar la identidad del tipo. Ahí descubrimos que estamos a merced de un tipo al que sólo le vemos la nuca, que jamás coincide con el pedacito de cara que le vemos por el espejito, y que a su vez coincide aún menos con la foto del cartelito que le cuelga del asiento.

Por eso uno paga una fortuna en un taxi: no es por el viaje, es por bajarse. Esos $9,84 que cuesta ir de Chacarita hasta Córdoba y Dorrego no son más que el precio de la libertad. Barato, ¿o no?

No habla del taxi, habla de uno.

8 comments:

Cazador said...

No al Taxi, prefiero cagarme de frio y mojando, esperando el 24 que tomar un tacho desde el centro a Sarandi a la madrugada. Aunque supongo que con lo que subio, minimo le deberia dar un Riñon.
Cuando laburaba de cadete y me mandaban en tacho a un lado, primero puteaba a los 4 vientos porque me complicaba ir en esto y preferia tomarme el 56, 86 o 12 con tarasca encima. La cosa, es que nunca le daba bola y cuando le daba bola, a los tacheros, queria trompearlos. Un dia uno me quiso medir mi conocimiento preguntandome las rutas mas largas de Argentina, y cuando le dije que no tenia la mas puta idea, dijo "estos pibes no saben nada". No recuerdo que le pregunte (para medir su pedorro conocimiento) y lo deje pagando, por lo cual no me hablo mas.
Cuando me subia a uno, enseguida sacaba un libro y me ponia a leer, igual veia por donde iba. Uno me quiso pasear y le dije "por donde vas? Porque esto queda por alla..." Me dijo "no, lo que pasa es que como estas leyendo, querias pasear" Le dije "estoy trabajando..." Y volvio a su rumbo.
La mentira de que el tachero es un psicologo...
Y no me quiero enroscar con los tacheros moplos cuando voy en bici...

Staff de Bla Bla Bla said...

Cuando llegará el día que exista un taxista con el siguiente perfil:

Que sea de izquierda, no hable, no escuche Radio 10, no se coma travas, no invente historias, no se crea Schumacher y que no trate de cagarte.

El día que ocurra eso hay que tener mucho miedo...

Ailen said...

Los sábados a la noche/domingos a la madrugada salen los tacheros mas copados del condado!!! o serán los efectos alucinatorios del alcohol en sangre???

Ailen said...

Los sábados a la noche/domingos a la madrugada salen los tacheros mas copados del condado!!! o serán los efectos alucinatorios del alcohol en sangre???

Ringo said...

Tacho facho, es asi. Igualmente he comprobado que son un termometro social bastante preciso, varian como la fauna autoctona de cada lugar. Mas alla de esa contribucion a la sociologia, en gral, son la mayoria unos secamente como bien describis...LIBRE

Anonymous said...

Si para darles el registro, les hiciesen un perfil psicologico, habria 4 taxis en la ciudad.

Ale said...

Es cierto, pero probablemente todos los rebotados serían cabos de la bonaerense. Los prefiero taxistas, creo.

Mariluna said...

Odio tomar taxi!! Y eso que mi papá fue durante muuuuuuuuuuuchooooooos años tachero. Pero me producen la misma sensación que a Ud... como que uno se esta metiendo en la boca del lobo, subiéndote al coche de un perfecto desconocido que tiene las mismas chances de ser un buen tipo como de un asesino en serie. Y ni hablar si traba el seguro de las puertas CHAN! Psicosis!!! Antes de parar alguno le miro la pinta y elijo al que creo tiene menos cara de loco, pero igual nunca se sabe...