La estafa maestra

Hay gente que merece morir. Mucha gente. El que inventó las masas con crema y ananá merece morir. El que le dijo a Baby Etchecopar "Baby, vos tendrías que tener un programa de tele" merece morir. El Gerente de Aderezos de Mc Donalds que discontinuó la salsa barbacoa; la médica que le salvó la vida a Facho Castaña; la hija de puta que 3 veces por semana me avisa por altoparlante que "el servicio con destino a Retiro ha sido cancelado"; el que le editó el libro a Belén Francese; el profesor que le aprobó la última materia a Toti Pasman; todos esos merecen morir. Pero desde hoy, hay un tipo que se merece mi odio más que cualquier de todos estos. Y si me apuran, en este mismo instante diría que lo odio más que a Saldívar y a Majul: vos, tetón, que estafás a la gente en Ring TV, sos mi nuevo enemigo.

Resulta que en América TV hay un programa de madrugada llamado Ring TV, que consta de un señor con tetas parado frente a cámara instando a los incautos a llamar y decir el resultado exacto de una cuenta matemática que aparece en pantalla. El resultado exacto de este domingo era 87. Todo muy lindo, uno piensa "qué pelotuda que es la gente, cómo no se dan cuenta". Y ve cómo un ñato llama y dice que el resultado es 4. Después llama una fronteriza y dice que es 798. Y así durante una hora, haciendo que uno, que es pelotudo pero no tanto, entienda que es todo mentira. Entonces llama alguien y dice, con toda lógica, que la respuesta es 87. Y el tetón dice que NO.

Ahí empieza la ira, porque la respuesta ES 87. Pero no. Entonces volvemos a hacer la cuenta, imaginamos que hay trampa en el enunciado y pensamos otros posibles resultados, y entonces la cuenta da 115. "Te cagué, tetón, je". Llama una señora, dice 115, no es.

Ay, la ira que tengo. No es 87, no es 115. Me estás afanando, tetón. Quiero que te mueras. Quiero que abras ese sobrecito que tenés en la mano con la supuesta respuesta correcta y muestres que te equivocaste, que era 87 y entonces te bajes una sandía con medio litro de Soy Cuyano tinto.

A esa altura mi ira es compartida con gente del twitter, que hace las cuentas conmigo y coincide en que el conductor nos está cagando a todos y además tiene tetas. Toda una troupe de boludos madrugadores esperando que se sepa la verdad... cuánta ingenuidad, por Dió.

Una hora con la cuenta en pantalla. Llamaron 2346 personas, cada una dejó como 5 mangos para nada. Llega el momento del último participante, que llama y... no acierta. Entonces el tetón abre el sobre, dice rapidísimo que la respuesta era 252 y cambia la placa, para que uno ya no pueda volver a hacer la cuenta y darse cuenta que lo acaban de estafar jodidamente. En lugar de la cuenta, ahora hay una palabra desordenada que, claramente, al ordenarla se forma ESTADIO. Pero a esa altura uno espera que, cuando abra el sobre, el tetón jure que la respuesta correcta era ÑANDUBAYSAL.

Por eso, tetón, quiero que sepas algo: esto no te va a salir gratis. Nadie puede cometer semejante delito televisivo sin consecuencias. Bueno, sí, Repetto, pero no muchos más.

Sabelo, tetón: la venganza será terrible.

Un ejemplo similar del flagrante choreo.