Spoiler alert (II)

Atención: a continuación se develará información sobre la vida que podría arruinar la sorpresa del lector. Si usted desea permanecer en la recomendada tranquilidad de la ignorancia, le aconsejamos abandone este sitio y se dedique a tareas más productivas como el trabajo o la planificación de un atentado justiciero contra Ricardo Arjona. Si, en cambio, usted es de esas personas que no puede evitar leer las contratapas de los libros, los spoilers sobre próximos capítulos de series o acostumbra a indagar en la mirada de sus congéneres intentando averiguar si le están planeando una fiesta sorpresa de cumpleaños, lea nomás. Yo le avisé.

- Michael Jackson no quería ser blanco, quería ser Patricia Bullrich. Y lo logró.

- En la casa de Charly García no hay espejos, hay ventanitas en las que se asoma su doble y le imita los movimientos. Esto Charly no lo sabe, es una movida de Palito Ortega, que teme que García se dé cuenta que se convirtió en una señora gorda y le agarre una crisis nerviosa de incalculables consecuencias, como sacar un nuevo disco con Nicole Neumann de invitada.

- Mirtha Legrand en realidad sería una bolsa de agua caliente rellena con sopa de vitina, conectada a una PC 486 con ICQ y sostenida por hilos de tanza.

- Los programas de Sábado Bus que dan en Telefé son, en realidad, tapes que le compraron a Volver por 150 pesos. Hasta ahora nadie se habría dado cuenta del engaño.

- El tipo que acuñó la frase "más boludo que las palomas" era más boludo que las palomas, pero desconocía el hecho. En cambio, el creador de "más boludo que el agua de los fideos" es una eminencia en astrofísica y energía nuclear, pero es tímido y en internet usa el nick "kike23". El password es "kike23".

- Está científicamente comprobado que la Pamela Anderson que actuaba en Baywatch y la morsa que baila en lo de Tinelli no podrían ser la misma persona. Una de las dos sería el resultado de un experimento genético del INTA Castelar, presumiblemente la de Baywatch.

Si les cagué la vida, jódansé. Yo les avisé.

Eh, Pamela, ¿sale un peta?