03 March, 2009

Buenas maldades

Aflojar la tapa del salero, llenar el frasco de shampú/champú/shampoo/yampú con crema para manos, atarle los cordones entre sí al incauto. El éxito de una buena maldad se puede medir básicamente por dos factores: la duración del efecto (rapar a un ñato dormido te asegura hasta 4 semanas de diversión cada vez que lo veas) y la necesidad (o no) de estar presente al momento de la ejecución del plan. Vale decir, cuanto más dura la consecuencia de la maldad, mayor éxito. Si todos podemos gozar de la maldad aún no habiendo estado presentes en el momento, mayor éxito aún.

He visto montones de bromas, desde una simple metida de patita hasta el caso de uno que pasó de ser Julián a ser El Sordo: le tiraron Tía María en el oído mientras dormía. Jamás escuché un grito tan fuerte.

Entre todas esas maldades, una que me pareció muy buena por el trabajo que lleva su preparación es el “Géiser de Coca*”: como todos saben, mezclar Coca + Menthos genera instantáneamente una estúpida reacción química capaz de lanzar bebida hasta el techo. Ahora bien, ¿cómo hacer para que alguien ponga un Menthos en su propia botella? Simple: se toma una pastilla, se la atraviesa con aguja e hilo y se hace un nudo del otro lado, quedándose uno con una pastilla colgante. Una vez hecho esto, se la introduce en la botella, no más de un centímetro, y se cierra con la tapita. Esta última habrá escondido la pastilla. Después se corta el hilo sobrante y listo. Cuando la víctima abra la tapita, la pastilla caerá dentro de la bebida y ¡oops!, esa hermosa camisita blanca será un beio recuerdo.

Oh, qué linda es la maldad, ¡mon dieu!

* ©Chelo, compañero del póker de los jueves.

10 comments:

Juan Soriano said...

Jajajaja, otra muy pero muy diver, es ponerle ácido en la mamadera de un bebé! jajajaje esa es genial!

Y sino, cambiarle las pastillas a mamá por "roinole" y quede cuca!

Esa es fantas!!!!



trolo.
esperaba mas maldad.
me copé y prendí el píloto.

Ale said...

Me gustan las maldades que implican un laburo, zanguango. Al Sordo le cagaron un tímpano pero sólo les costó un segundo y un trago. El géiser es más naíf pero garpa el esfuerzo.

Voy a pensar la de las pastillas de Rosita.

Carlite said...

Tengo una anécdota de oficina, en la que la maldad consistió en llenarle el paraguas (que estaba colgado en el perchero) de yerba a cierto espécimen que solía hacer de blanco de este tipo de cosas.
El asunto es que paró de llover antes del mediodía y el susodicho no usó el paraguas.
Ese buen hombre abandonó la empresa y dejó el paraguas, que finalmente quedó en el perchero por siglos.
Varios meses después, y olvidado el intento de maldad no consumada, se largó a llover y el gerente del sector pidió un paraguas prestado, a lo que le ofrecieron "ése que está ahí siempre y no es de nadie".

Nunca se va a borrar de mi retina el recuerdo de ese hombre con el saco/camisa/corbata/pantalones verdes de yerba+agua de lluvia cuando volvió a subir 5' después de bajar.

Y lo mejor, es que nadie fue...

Anonymous said...

Jajaja, muy buena la anécdota de de Carlite..

Los pongo en situación: Fiesta de Comunión, de MI comunión. Tendría yo unos 10 u 11 años, no me acuerdo bien.. Había terminado la ceremonia eclesiástica y nos encontrabamos a lo largo de una mesa reservada para mí y todos mis compañerines de clase, mientras que en otras mesas estaban la familia, y amigos de la familia, etc..

Me nú para niños: milanesas con papas fritas. Y yo no tuve mejor idea que aflojar el salero.. Mi desprevenido amigo Aaron se sirvió sal con ganas... UNA MONTAÑA DE POLVO BLANCO FUE LO QUE LE QUEDÓ ARRIBA DE LA MILANESA, y la tapita del salero rebotando en la mesa, jajaja

y la risa entusiasta de todo el resto, alabando y venerando al bromista, que lindo momento!

Anonymous said...

que es un menthos!?

no entendi el truco o broma o maldad o lo que fuere, no lo entendi.
expliquenmelo mejor

eMe said...

Bien!!! por fin un blog donde pasan datos interesantes para cultivar el costado maldito que todos llevamos dentro!!!

Carlite said...

Esto va para Uds, giles que se creían malditos: el verdadero discípulo de Satán es aquél que hace una maldad el día de su comunión!

Ale said...

Carlite: impagable, me parece que la voy a proponer acá. Siempre deja su paraguas a mano.

Yérman: a Charly García le hicieron lo mismo, se la tomó toda y terminó así.

Anonymous: los Menthos son pastillas de menta, como un mentholyptus o un caramelo, salvo que el menthos es "agujereable". Cuando la metés en la Coca Cola, al hacer contacto genera una reacción química que hace salir la gaseosa hacia arriba, como si hubieras batido la botella.

La idea es que la pastilla caiga dentro del líquido cuando se desenrosca la tapita, para que en ESE momento salte la Coca y moje al que abrió la botella. So, la dejás colgando con un hilo, y cuando se abre la tapita, ésta deja de sostener el hilo y la pastilla cae. El resto son puteadas, preguntar quién fue, esas cosas.

eMe: al servicio de la comunidad.

Juan Soriano said...

Cierta "novia" que tuve en los 80´s y que el barbacarmesiano autor de este blog conoció, tenía la puta costumbre de manotear chupetines ajenos y llevarselos a la boca.
Holga aclarar chistes como "la costumbre siguió pero con los pirulines de carne y leche".
Ergo, contiuando con mi anéda, diré que en el maravilloso Lourdes High School trabajabamos no sé porqué con una rodilla de vaca.
Plan: untar al chupetín rojo, sabrosón y tentador en el líquido amniótico de ese ligamento.
Así fué.
Y así vino "elle", manoteó el chupalupe y lo engulló ante el mudo estupefacto horror y mi sonrisa patanésca.

Anonymous said...

gracias ale, yo era el anonimo que no entendia lo del menthos...a ver si me sale eh