- Amor, ¿podés arreglar la manijita del calefón? Me quiero bañar y se sale todo el tiempo, me tiene podrida.
- Dale, dame un rato.
- ¿Un rato cuánto?
- Estoy mirando el partido, recién empieza… no sé, dos horas.
- ¿Dos horas? ¿No lo podés hacer ahora? ¡Me quiero bañar ahora!
- Sí, puedo, pero estoy mirando el partido.
- Dale gordo, siempre estás mirando un partido…
- Bueno, pero éste es EL partido… dejá, lo arreglo en el entretiempo.
- Pero mirá que no son 15 minutos, eh. Después no quiero que dejes todo por la mitad y te pongas a mirar el segundo tiempo…
- Bueno, entonces esperá que termine el partido y te lo arreglo.
- Ok, no te hagas problema. Dejá que lo llamo a mi papá y le digo si me ayuda…
- ¿A tu papá? ¿Para qué lo querés a tu papá? Si yo lo puedo arreglar.
- Bueno, él también, y lo puede arreglar ahora.
- Yo también lo puedo arreglar ahora, es una boludez.
- Y bueno, arreglalo. Dale tonto, hacelo ahora, lo resolvés en un ratito y después ves el resto del partido tranquilo… ¿eh? Dale…
- Pero la puta madre… bueno, dale. Igual estos muertos no le hacen un gol a nadie…
- Gracias gorrrdito. Te amo.
- ¿Gordito?
- …pero me re cago en esta pinza de mierd… qué amor, qué pasa.
- ¿Podés? ¿Querés que lo llame a papá?
- ¡NOOO! Yo puedo, te dije. ¿Qué pasa con el partido? ¿Cambiaste el canal?
- Sí, puse una peli. Esperá que me fijo… Me parece que les metieron un gol… los de azul son los otros, ¿no?
- ¡La puta madre que los recontraparió!
- Dejá amor, me baño a la noche. Vení a tomar unos mates… pará gordito, ¿qué hacés? ¿Para qué tenés esa pinza en la mano? ¿Gordito? ¡Gor…! ¡Papá!
"Llamá a tu papá. Dale, llamalo."