New balance

Ponele que creés firmemente en que pasar de 2010 a 2011 realmente implica un cambio. O ponele que sí, sabés que es una boludez, pero igual optás por poner algún punto de referencia para medir qué tan bien o mal te fue en un determinado lapso de tiempo. O ponele que no pensás nada y simplemente vas con la CBF (Corriente Balancista Findeañista) por inercia. En fin, ponele que por la razón que a tu culo se le diere por cantar, tenés esa estúpida costumbre de hacer balance. A vos, entonces, te digo:

- El calor no sirve para hacer planes, recuentos ni proyecciones. ¿Quién puede analizar a conciencia algo mientras le caen gotas de transpiración por al raya del culo?
- Hoy suponés que lo que más te haría feliz es apoyar tu culo en una hamaca paraguaya o subirte un avión o algo así. Andate de vacaciones y recién cuando vuelvas hacé números. O hacé las dos cosas y vas a ver en abril qué distinto es tu plan al que tenías en diciembre.
- Proponete cosas difíciles de cumplir, pero no imposibles. Si vas a basar todo el éxito del próximo balance en conseguir que tu novia te invite a una fiesta con 4 suecas ninfómanas o en que una tía lejana se muera y te deje una fortuna y una quinta en Ingeniero Maschwitz, tenés pocas chances. Probá con repetir 7 veces "Ingeniero Maschwitz" sin equivocarte y listo, ahí tenés una buena tarea.
- Generá tareas que te tengan ocupado todo el año. Mirá si justo sos la excepción a la regla que dice que la vida es una mierda, y cumplís todos tus planes antes de que empiece la Copa América, ponele. ¿Qué hacés ahí? ¿Te quedás en pausa hasta el año que viene? Tu vida se volvería monótona y aburrida, perdería todo sentido y terminarías clavándote una sandía con 2 vasos de Norton malbec y adiós mundo cruel. Y todo porque la vida es una mierda, melón.

Ojo, vos hacé lo que quieras, pero después no vengas a quejarte, eh.

Ya completé la Claringrilla. ¿Y ahora qué hago?